La consciencia es todo un misterio.
La ciencia puede explicar cómo percibimos la realidad pero no puede detectar la experiencia en sí.
Y para confrontar este hecho, entran en juego ideas radicales como el panpsiquismo.
Esta corriente -dentro de la filosofía de la mente, viene a ser la idea de que todo (“pan” en griego) tiene conciencia o alma (“psyche”).
Desde un pan hasta una mosca.
Pero no en el sentido general sino desde el plano molecular:
Según el panspsiquismo, cada partícula posee una forma de conciencia mínima, una que es infinitamente simple.
Y cuando se combinan en sistemas, pueden llegar a crear formas más complejas de conciencia, como la experiencia subjetiva humana.
Se distinguen varias formas de panpsiquismo en función de qué aspecto de la mentalidad se considera fundamental y ubicuo, si el pensamiento o la consciencia.
El panexperiencialismo: la experiencia consciente es fundamental y omnipresente.
Pancognitivismo: el pensamiento es fundamental y omnipresente.
Pero ya paro con el rollo.
The origin
La explicación de qué origina la conciencia tiene diferentes teorías, pero ha estado predominada por dos visiones: el materialismo y el dualismo.
Según el materialismo, la conciencia deriva por completo de la materia física (neuroanatomía), aunque no detalla muy bien cómo.
Por su parte, el dualismo sostiene que la conciencia y la materia son dos cosas distintas y separadas.
Pero, ¿cómo se explica que la primera interactúe y afecte a la segunda?
El panpsiquismo resuelve un poquito de estas dudas ya que el proceso cerebral adquiere un aspecto que es invisible a la ciencia, al igual que un electrón lo es para la física.
Porque la física realmente es incapaz de decir qué es un electrón intrínsecamente.
Y si las partículas tienen tendencia a ciertos comportamientos, tienen que tener propiedades intrínsecas que den lugar a dichas propensión.
Es decir, tiene que haber algo.
Así que al defender que la conciencia irradia desde las partículas, se abren nuevos horizontes que pueden servir e incomodar.
Críticas
Curiosamente la mayor crítica que se le hace al panpsiquismo es el llamado “problema de la combinación”: cómo es que esas pequeñas partículas con consciencias diminutas forman una conciencia más compleja.
Aunque también están quienes ni siquiera pueden concebir la idea de atribuirle conciencia a algo que no sea el ser humano.
Pero como dice Koch (defensor): “Nuestra intuición también falla cuando, de niños, se nos dice por primera vez que una ballena no es un pez, sino un mamífero, o que las personas del otro lado del planeta no se caen porque están boca abajo”.
Y aunque esta teoría trasgreda, no quiere decir que esté equivocada.
Pero como siempre, estamos a merced de lo poco que llegamos a procesar.
Nos leemos
Garita
Pd.: Este artículo está sacado de otro artículo de la BBC y mis lecturas, pero lo he perdido, cuando lo encuentre lo espicho por acá.